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Un elefante en la habitación

  • Foto del escritor: Blanca
    Blanca
  • 11 sept
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 12 sept

INTRODUCIENDO EL AMOR EN LAS EMPRESAS


El amor en la empresa: un elefante en la habitación
Imagen generada con IA - Canva para la presentación en BAM 2025

11 de septiembre de 2025


La semana pasada he participado en la Conferencia de la British Academy of Management, que se ha celebrado en la Universidad de Kent, en Canterbury. Ha sido mi primera experiencia en un congreso internacional de esta magnitud, y también la primera vez que he presentado, como investigadora de la Universidad de Burgos, los primeros pasos de mi investigación doctoral en la línea de Strategy-as-practice.


El trabajo presentado es un developmental paper, un paso inicial de un proyecto Doctoral con el que busco explorar un tema tan fundamental como poco presente tanto en la práctica empresarial como en el ámbito de la investigación en este campo: el papel del amor en las organizaciones y en la creación de valor.


La sesión fue, para mí, uno de esos momentos que marcan un antes y un después. Más allá de los comentarios y preguntas- siempre valiosos en este tipo de foros – sentí que se abría un espacio de conversación distinto, donde colegas de distintos países conectaban con la propuesta, con curiosidad, alguna reticencia y sobre todo, con sorpresa. Fue un recordatorio de que la investigación no solo aporta datos, conceptos o modelos, sino también preguntas que pueden ampliar la mirada sobre lo que entendemos por estrategia, liderazgo y valor.


En una de las sesiones de estrategia de la conferencia, un colega utilizó la expresión “the elephant in the room”. Hacía años que no había oído esta expresión y me resonó de inmediato. Porque eso es, en parte, lo que representa el amor en al ámbito de las empresas: un tema enorme, imposible de ignorar en la vida, pero casi ausente en el discurso académico y en los marcos teóricos de la estrategia empresarial.


Quizás el tema incomoda porque desafía el paradigma dominante – o porque su complejidad y ambigüedad hacen difícil que los directivos lo aborden. Pero precisamente por eso la conversación se vuelve necesaria. Más aún cuando hay estudios que conectan el amor al dinero con decisiones poco éticas.


El congreso en su conjunto ha sido intenso, lleno de aprendizajes, nuevos encuentros y conexiones. Vuelvo con la sensación de haber recibido mucha sabiduría de los magníficos trabajos que se están desarrollando, y también con la alegría de haber plantado una semilla viva, con la confianza de que irá creciendo con el tiempo, acompañada del diálogo y la colaboración con otros investigadores.


Como se dijo de manera muy inspiradora en la sesión de apertura,

cada uno de nosotros aporta su voz individual, y es precisamente esa diversidad la que hace que la voz colectiva sea tan rica y valiosa.

Me quedo con gratitud por lo compartido y lo recibido. Y con la certeza de que aún queda mucho camino por recorrer para seguir explorando cómo el amor —entendido no como una abstracción, sino como una fuerza unificadora capaz de guiar decisiones empresariales en beneficio del conjunto— puede ayudarnos a repensar el concepto de creación de valor y la manera de ponerlo en práctica.


Quizás sea incómodo hablar de amor en la empresa… pero, ¿no es precisamente en esa incomodidad donde comienzan las transformaciones necesarias?.


Con amor 🤍… y con humor 😉

Blanca

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